En medio de una ciudad muerta, cuando todo para el tránsito de los pensamientos aún pervive. Un tráfico diligente y estrepitoso,
nuestra mente insensible. Inhumana.
Perdidxs en el vacío de nuestros corazones. Fantasea una
y otra vez en el futuro,
sin saber estar.
Vivir en el presente.
Existencias enteras de incomprensión patológica-neurótica-crónica
de una realidad compleja e intangible.
Encontrándose una misma frente al espejo. Sola,
encarcelada en el sistema de su propio juicio.
Y el tiempo pasa imperecedero y impermanente y implacable sin a nadie esperar.
Libertad inexistente. Pero la luz blanca, pura, cada día se insubordina.
Nuevas miradas. Nuevas oportunidades. Nueva sabiduría.
La naturaleza se expande en serena confianza.
Hay esperanza.
Hay sueño.
Hay silencio.
Jordi Pallarés
Jordi Pallarés_percusión
Ulrike Brand_violoncello
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